Aislamiento y confort

Capaces de transformar la atmósfera de una estancia por sí mismas, son varios los factores que hay que considerar a la hora de elegir la alfombra más adecuada. Los relacionados con la estética son, sin duda, los más evidentes, aunque hay otros igual de importantes como el lugar en el que se colocará, el uso que se hará de ella o el material en el que está confeccionada, para un óptimo aislamiento y confort o su facilidad de limpieza. Son varias las cuestiones que conviene tener claras para acertar con la pieza ideal y sobre las que nos asesoran a continuación cuatro profesionales expertos en el tema.

Expertos consultados:

  • Alfredo Rodríguez, gerente de Alfombras Hispania
  • Cristina Montero, socia fundadora de Kilombo Rugs
  • Jerónimo Macía, gerente de Veo Veo Alfombras
  • Marcos Sánchez, responsable de tienda de Tus Alfombras

Bien integrada

El argumento que, en última instancia, va a decidir la compra de una alfombra u otra es, sin duda, el estético. Todos los expertos consultados coinciden al respecto y hacen hincapié en los aspectos que hay que considerar desde este punto de vista. “Conviene decidir a qué elemento de la decoración de la estancia queremos dar protagonismo. Si nuestra intención es que las tapicerías y cortinas sean muy impactantes, entonces es mejor que optemos por una alfombra neutra. Si, por el contrario, tenemos sofás atemporales, lisos y en colores suaves, podremos optar por una pieza mucho más atrevida, que imprima personalidad”, explica Cristina Montero, socia fundadora de Kilombo Rugs.

“Son una de las últimas piezas que ponemos y, por eso, es importante que la alfombra vaya con el estilo de la estancia”, añade Marcos Sánchez, responsable de tienda de Tus Alfombras. “Un modelo con mucho dibujo y colores oscuros carga más que otro de motivos más ligeros y tonos claros. Hay que tener en cuenta que estos últimos aportan más luminosidad y amplitud a nuestra casa, mientras que una alfombra con colores oscuros resulta más indicada en espacios grandes y luminosos, para poder vestirlos y darles una nota de calidez”. Por su parte, Alfredo Rodríguez, gerente de Alfombras Hispania, hace una interesante reflexión: “Al elegir el colorido y el diseño conviene tener en cuenta que una buena alfombra nos va a durar casi toda la vida, si la tratamos bien”.

Dónde irá

El espacio en el que se colocará la alfombra es otro factor decisivo en la elección de la misma, ya que según la zona se verá sometida a un uso u otro. “Si es una pieza que va a estar sujeta a mucho trote, conviene elegirla de buena calidad y de colores y estampados sufridos, que envejezcan bien”, nos dice Cristina Montero al respecto.

Añade, además, otro aspecto importante que hay que tener en cuenta: el tipo de vivienda y la zona geográfica en que se encuentre: “En una casa de veraneo o en una zona con temperaturas templadas querremos alfombras más ligeras y frescas como las vegetales, las planas de algodón o los kilims.

Sin embargo, en zonas más frías y en casas vividas todo el año, agradeceremos tener alfombras de lana gruesas que nos den confort”. Coincide con ella Jerónimo Macía, gerente de Alfombras Veo Veo, quien explica que “en zonas muy calurosas se puede optar por alfombras lisas de lino o algodón, que dan mayor sensación de frescor”.

Cuestiones como la facilidad de limpieza cobran relevancia también en este punto. “Las alfombras que mejor aguantan la suciedad son aquellas que llevan dibujo, que disimula y engaña a la vista”, dice Marcos Sánchez al respecto, quien aconseja que “si se buscan piezas lavables, las mejores son las de algodón al no tener mucho cuerpo. En ambientes como la habitación de los niños pueden funcionar muy bien, porque su tejido natural no produce alergias y se lava con facilidad”.

La disposición ideal

Más allá de la estancia en la que se sitúen y la intensidad de uso a la que se vean sometidas, el tamaño de la alfombra y su colocación en el conjunto de la decoración resultan vitales para que luzcan en todo su esplendor. “Es importante medir bien el espacio que queremos cubrir utilizando un metro –nunca haciéndolo a ojo– y siempre tener en cuenta que no haya ninguna puerta cerca que pueda chocar contra la alfombra, impidiendo su apertura total”, apunta Marcos Sánchez, quien también nos da algunos consejos para colocarlas: “En la zona de los sofás y butacas es importante que las patas delanteras de estos pisen o queden muy pegados a la alfombra; en la zona del comedor ésta tiene que tener una medida suficiente para, que cuando nos sentemos, las cuatro patas de la silla permanezcan dentro de la alfombra”.

“Como mejor quedan las alfombras es con una medida que integre todo el mobiliario y elementos decorativos en la superficie de la misma”, coincide con él Jerónimo Macía. “Una alfombra no es una moqueta y, por lo tanto, es bonito que se vea algo de suelo”, apunta Cristina Montero quien añade que “teniendo esto en cuenta: cuanto más grande sea la alfombra, mejor. Por otra parte, conviene pensar si se quiere un espacio único o hacer varios ambientes en un salón, en cuyo caso hacer alfombras distintas ayudará a reforzar la distinción”.

Usos prácticos

Además de la función decorativa, una alfombra puede cumplir con otras funciones, como transmitir sensación de calidez, proteger el suelo y aislar térmica y acústicamente una estancia. Es ahí donde cobra una mayor importancia el material en el que esté confeccionada. “Si queremos que la alfombra, además de decorar, nos aporte confort, es conveniente elegir una de pelo de lana, aislante del ruido y las temperaturas. Si se quiere únicamente con fines estéticos, se puede optar por materiales con menos empaque, como las vegetales y las denominadas alfombras planas o kilims, muy decorativas pero menos aislantes”, dice Cristina Montero al respecto.

“Las mejores materias primas son las de origen natural. Algunas provienen del mundo animal, como la lana y la seda; otras del vegetal, como el yute, el sisal o el algodón. Las fibras artificiales, derivadas del petróleo –poliamida, poliéster– o de la celulosa –viscosa, rayón, etc.–, son muy prácticas por su fácil mantenimiento, pero no aportan ninguna calidez a los hogares”, opina Jerónimo Macía.

La lana, el material estrella

Es la fibra natural por excelencia para confeccionar alfombras, indicada en especial para estancias de tránsito alto o moderado. De excelentes propiedades aislantes y con capacidad para mantener el nivel de humedad óptimo en una estancia, no acumula electricidad estática, es antibacteriana y antialérgica y, como dice el gerente de Alfombras Veo Veo: “No solo es un material noble, sino también la fibra menos manipulada por el hombre”.

“La lana tiene algunas características desconocidas por la mayoría de la gente, por ejemplo, que puede ser utilizada tanto en verano como en invierno. Otro factor muy importante es su gran capacidad de recuperación después de un uso intenso ya que la lana no se chafa, ella sola vuelve a tomar su forma tras ser pisada”, explica Marcos Sánchez.

Con todo ello coincide Alfredo Rodríguez, quien asegura que las alfombras de lana “son duraderas, elegantes y confortables” aunque, por mencionar alguna pega, apunta el pequeño inconveniente de que “suelen soltar pelo al principio de adquirirlas, pero esto se soluciona pasando la aspiradora un par de veces”.

Fibras vegetales

Atemporales y con una estética natural que encaja en todo tipo de decoraciones, las alfombras realizadas a partir de fibras de origen vegetal tienen también sus ventajas e inconvenientes. “Con una gran variedad de materiales, como el bambú, el yute o el cáñamo entre otros, son alfombras frescas, muy fáciles de encajar en cualquier decoración y económicas. Por el contrario, son menos resistentes y aislantes”, asegura al respecto la socia fundadora de Kilombo Rugs.

“El sisal o las algas permiten crear tejidos muy decorativos por su aspecto natural y son muy resistentes al uso, con el único inconveniente de su dificultad a la hora de la limpieza, ya que una mancha liquida es posible que nos deje una marca en la superficie que no se quite nunca”, explica el responsable de tienda de Tus Alfombras.

“Más ligeras y adecuadas para el verano, también resultan más ásperas al tacto”, añade el gerente de Alfombras Hispania, quien aporta también un interesante dato para su elección: “La durabilidad dependerá de la fibra que se utilice y de la trama, por lo que conviene asesorarse con un profesional en el momento de la compra”.

¿Pelo largo o corto?

De un tiempo a esta parte se han puesto de moda las alfombras de marcada textura, con pelo alto y mullido, tanto en materiales naturales como sintéticos. Dado que las alfombras son un elemento pensado para pisarse, no hemos podido dejar de preguntar a los expertos sobre el tipo de pelo más indicado.

“El pelo largo es más aislante, con lo cual da más sensación de confort y es ideal para casas vividas todo el año. Es apto tanto para dormitorios, salones o comedores aunque, si es necesario elegir, es la alfombra perfecta para la zona más noble de la casa. El pelo corto es más fresco, barato y muy decorativo, ideal para cualquier sitio y para una decoración más informal”, explica Cristina Montero.

Desde una perspectiva más práctica, Marcos Sánchez afirma que “hay quien prefiere pelo corto porque es más rápido de limpiar, aunque no es menos cierto que la suciedad se nota antes, por lo que es necesaria una limpieza más frecuente, mientras que el pelo largo, de un material, altura y densidad adecuados, es fácil de limpiar y apenas se nota cuando está sucio”.

“Nosotros fabricamos alfombras de pelo largo y corto –dice el gerente de Veo Veo Alfombras–, pero aconsejamos y vendemos mucho más las de pelo corto. Las del pelo muy largo tienen el inconveniente de que requieren un mayor mantenimiento”. Con él coincide Alfredo Rodríguez: “Desde Alfombras Hispania aconsejamos pelo corto, simplemente por higiene y mantenimiento”.

Limpieza y mantenimiento

Una de las principales barreras que presentan las alfombras son sus requisitos de limpieza. A primera vista, podría parecer que un suelo desnudo es más higiénico y fácil de mantener, pero lo cierto es que las alfombras también cumplen su misión en este sentido, evitando polvo en suspensión, por ejemplo. “Para conservar una alfombra en buen estado durante muchos años, el secreto es mantenerla limpia, ya que el polvo que se deposita sobre ella ejerce de lija con la pisada, envejeciendo mucho la fibra”, explica Marcos Sánchez, quien añade que su mantenimiento es sencillo: “Es suficiente con pasar la aspiradora de forma periódica, según el uso que reciba la alfombra, y una limpieza más a fondo con agua y jabón una vez al año, en verano, por ejemplo, para que se seque rápido”.

“Se debe cambiar el sentido de la alfombra dos o tres veces al año para que el desgaste de toda la superficie de la alfombra sea idéntico y, si se derrama algún líquido, hay que eliminarlo al instante con papel secante, secador de pelo o una toalla gruesa”, añade Jerónimo Macía. En cuanto a las manchas, Alfredo Rodríguez aconseja “que las trate un especialista, es decir una tintorería que limpie alfombras, con el fin de no estropear la pieza y que los colores no se vean dañados”.

A gustos, alfombras

Como en todos los ámbitos del interiorismo, en las alfombras también se dan tendencias, aunque no hay que olvidar que se trata de elementos de larga duración y que, por tanto, no siempre están tan sujetos a las modas como otros. “Los tipos de alfombra que más se venden ahora son las lisas de un solo color y a medida. Dentro de éstas, destacan las de pelo alto y tejidos sintéticos, aunque hay un clásico dentro de este tipo de alfombra que parece que nunca pasa de moda: las de sisal con cenefa perimetral”, asegura Marcos Sánchez, desde su experiencia como responsable de tienda de Tus Alfombras.

Por su parte, Cristina Montero opina que “hoy todo vale, lo importante es que te guste. Hasta las mezclas más sorprendentes resultan atractivas, todo depende de los gustos de cada uno para elegir lo más adecuado, en función de si te va una decoración más neutra y monocromática o, por el contrario, una de colores más atrevidos y llena de contrastes”.

Jerónimo Macía considera el dato de la personalización como vital en la elección de este producto: “Actualmente, las tendencias son muy variadas y, si bien las alfombras que más vendemos son las de estética atemporal, en Alfombras Veo Veo ofrecemos la posibilidad de personalizar nuestros diseños para adaptarlos a los gustos de nuestros clientes o fabricarles cualquier alfombra que puedan proponernos”.

Sobre el autor


Isabel Arjona Colaboradora de Houzz. Periodista vocacional, el interiorismo me permite compartir soluciones para crear nuestro propio lugar en el mundo

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