Yute

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El yute es una materia textil que se obtiene de la corteza interior de ciertas plantas de la familia de las tiliáceas, especialmente de las especies Corchorus capsularis y Corchorus olitorius, y que se utiliza también para referirse al tejido o hilado producido con dicha fibra. De tono dorado y brillo sedoso, se le conoce comúnmente como la «fibra dorada».

Historia del yute

El yute fue conocido en Europa a finales del siglo XVIII. En 1791, William Roxburgh, miembro de la Compañía de las Indias Orientales, envió el primer cargamento de yute a Dundee (Escocia) para su experimentación textil.

Aquel fue el inicio de una profunda transformación: la industria del lino de Dundee adaptó sus fábricas al yute y en 1833 nació oficialmente la Dundee Jute Industry. Hacia 1845, el yute ya había sustituido completamente al lino en aquella ciudad.

El éxito comercial definitivo llegó durante la Guerra de Crimea (1853-1856), cuando la escasez de cáñamo impulsó el uso del yute como sucedáneo. La fibra se convirtió entonces en un motor económico fundamental para regiones como la India y Bangladesh, que fueron los principales centros de producción durante los siglos XIX y XX.

La ciudad de Calcuta fue el principal núcleo industrial, con la instalación de la primera hilatura en 1855.

A mediados del siglo XX, Bangladesh vivió su «Edad de Oro», destacando fábricas como Adamjee, la mayor del mundo dedicada al yute hasta su cierre en 2002.

A partir de los años 70, la irrupción del polipropileno y otras fibras sintéticas desplazó al yute de sus usos tradicionales, especialmente en embalajes.

No obstante, esta fibra ha renacido gracias a sus aplicaciones técnicas y sostenibles, especialmente en sectores como la automoción, el mobiliario o los geotextiles.

En la actualidad, India y Bangladesh concentran el 95 % de la producción mundial, aunque también se cultiva en Nepal, China, Brasil y Vietnam.

Obtención de la fibra de yute

El yute se cultiva en zonas tropicales húmedas, con temperaturas entre 20 y 40 ºC y humedad relativa del 60 al 90 %. Requiere suelos aluviales y crece en unos 120 días.

La fibra se obtiene tras cortar y secar los tallos. Estos se sumergen en agua para facilitar la separación de las fibras mediante un proceso denominado enriado.

Después, las fibras se lavan, se secan y se clasifican para su posterior hilado. Solo el 6 % del peso de la planta corresponde a la fibra aprovechable, lo que hace del proceso uno intensivo en mano de obra.

Fuente: fao.org (ver bibliografía)

Propiedades del yute

El yute posee una serie de características naturales que lo convierten en un material muy valorado tanto en el ámbito textil como en aplicaciones industriales. Estas son algunas de sus propiedades más destacadas:

  • Longitud y brillo: Las fibras pueden alcanzar hasta 4 metros de longitud, y presentan un brillo sedoso característico
  • Composición: Están formadas principalmente por celulosa y lignina, lo que les confiere rigidez y resistencia
  • Biodegradabilidad y reciclabilidad: Es una fibra natural 100 % biodegradable y fácil de reciclar
  • Propiedades aislantes: Aislante térmico y acústico, con baja conductividad térmica
  • Resistencia a la tracción: Alta resistencia mecánica, incluso con tramas delgadas
  • Capacidad de absorción: Retiene la humedad de forma moderada, lo que lo hace transpirable
  • Antiestática: Su baja conductividad evita la acumulación de electricidad estática
  • Compatibilidad con tratamientos: Admite acabados como suavizado, retardancia al fuego, antimicrobianos o antiarrugas
  • Aceptación de tintes: Puede teñirse con pigmentos naturales o sintéticos

El yute en el sector de la alfombra

El yute tiene una larga tradición en el mundo de la alfombra, especialmente como soporte de tramas y urdimbres, y como refuerzo de estructuras internas.

Su resistencia y bajo coste lo han hecho ideal para alfombras tejidas o punzonadas, y se valora también por su sostenibilidad.

Actualmente, encontramos alfombras fabricadas íntegramente en yute, destacando por su aspecto natural, su tacto fresco y su ligereza. Son habituales en estilos decorativos rústicos, mediterráneos o boho, tanto en interior como en exterior bajo techado.

Si bien requieren ciertos cuidados (no son las más indicadas para ambientes muy húmedos), aportan calidez, textura y un aire artesanal muy valorado.

Alfombra de yute
Alfombra de yute

Bibliografía

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